miércoles, 18 de enero de 2012
Guaranies
Los guaranies no tenían entre ellos ni costumbres, ni tradiciones, ni religión comunes, pero sí en cambio, el fuerte nexo del lenguaje y del tipo racial: más bien bajo, bien proporcionado, de ojos achinados y piel “morena pálida”. Poseían una agricultura rudimentaria, viviendo sobretodo de la caza y la pesca, en chozas, aunque muy amantes de los desplazamientos. El padre tenía derecho de vida y de muerte sobre la mujer y los hijos, al igual que el cacique de cada tribu, con poderes absolutos, hasta que algún otro lo desplazara. Tenían una religión sin altares, ni culto, ni ofrendas: la clase sacerdotal no existía, tampoco tenían guías espirituales ni médicos. La única curación conocida era la de chupar la herida simuladamente. Los guaraníes eran bastante pacíficos: sólo en caso de necesidad extrema tomaban las armas contra los vecinos, no eran antropófagos bélicos, pero si comían (de vez en cuando) carne cruda. Dos características más: tienen una lengua armoniosa, y adoraban a las aves. Por todo esto se los calificó tiempo atrás como los "buenos salvajes" de Sudamérica, "les bons sauvages".
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