Una experta italiana del Archivo Secreto Vaticano asegura que en la tela hay restos del certificado de sepultura de Jesús. Y lo ha descifrado. Bárbara Frale. El contenido de estas palabras se refiere a la muerte de un personaje llamado Iesoys Nnazarennos, mismo
nombre que encontramos en los cuatro Evangelios. Ya en 1978 un grupo
de experto descubrió algunas letras en torno al rostro del hombre de la
Sábana Santa. Ahora, Bárbara Frale las ha descifrado. Son palabras en
griego, latín y arameo.
Para entender de qué se trata, Bárbara Frale ha
estudiado la legislación romana de la Palestina del año 30. “Los
condenados a muerte no podían ser llevados a la tumba de su familia.
Tenían que pasar 12 meses en la sepultura pública, gestionada por el
tribunal de Jerusalén. Después de esos 12 meses el cuerpo se daba a la
familia para que lo enterrasen junto a los parientes. ” En el caso
de Jesúcristo, José de Arimatea y Nicodemo pidieron al gobernador
Poncio Pilato que no se dejara el cadáver en la fosa común sino en el
sepulcro de la familia de José de Arimatea. “Hizo falta etiquetar
el cadáver porque allí podrían ser enterrados otros miembros de la
familia de José de Arimatea, y el cuerpo de Jesús debía entregarse a
sus familiares después de 12 meses.” Por eso, una vez envuelto el
cadáver en un sudario, fueron pegadas en torno a la cabeza unas tiras
de papiro en las que se explicaba con letras grandes quién era el
difunto. “Estaba escrito el nombre del difunto, la fecha de muerte,
el motivo de la condena y la fecha en la que se podía entregar el
cuerpo a la familia, una vez cumplida esta peculiar condena
post-mortem.” Datos que coinciden con los de los Evangelios.
Según
la experta, estas tiras de papiro estuvieron pegadas a la Sábana Santa
durante varios siglos y tras varias reacciones químicas, algunos
restos de tinta pasaron al lienzo. Para comprobar su hipótesis, Bárbara
Frale pidió a un grupo de paleógrafos que estudiasen cuándo fueron
escritas, pero no les dijo de dónde procedían. Según los paleógrafos,
esta caligrafía es de en torno al siglo I, lo que confirma que son de
la época de Jesús.
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