La fiesta
del Cuerpo y la Sangre de Cristo se celebra el jueves siguiente
a la fiesta de la Santísima Trinidad,
dentro del tiempo ordinario. Surgió para afirmar la presencia real
de Jesús en la Eucaristía en contra de graves errores de algunas
personas, que negaban tal presencia y luego fue extendida a toda
la Iglesia por el papa Urbano IV en 1264.
Al principio se llamaba Corpus Christi, más tarde se llamó
también "fiesta de la Eucaristía". Aunque sea jueves, es
un día de precepto, es decir, los católicos debemos
de ir a Misa, para cumplir con el tercer mandamiento
de la Ley de Dios.
Esta solemnidad no sólo nos invita a adorar la presencia sacramental
de Jesús en el Sagrario, sino que nos lleva a reflexionar sobre
el valor de la celebración eucarística o Misa, y a vivir de acuerdo
con la doctrina de Cristo y su acción salvadora.
Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.
Este
día, recordamos la institución de la Eucaristía, que se llevó a cabo el
Jueves Santo, durante la Última Cena al convertir Jesús el pan y el
vino en su Cuerpo y en su Sangre.
Es
una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande
que Dios le ha dejado a la humanidad, movido en querer quedarse con su
pueblo después de la Ascensión.
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